La
ciencia, a pesar de todas las demostraciones que ha realizado a lo largo de la
historia, sigue sin tener el reconocimiento que se merece. De hecho, parece ser
que en cuanto la situación económica no va bien, el primer tijeretazo va para
la ciencia. Si ya se establece este orden de prioridad, la situación del país
que lo pone en práctica deambulará sin rumbo fijo sin saber a qué atenerse.
La ciencia no es únicamente investigar o realizar descubrimientos. En ella se encuentra oculta la más sagrada herramienta del ser humano: el razonamiento. Sin razonamiento, el ser humano no hubiera existido tantos años como lo ha hecho. Tuvo que darse cuenta de que usando esta gran capacidad, la vida era mucho más cómoda y que constituía una gran ventaja para la supervivencia de la especie. En el instante en que arrebataron parte de relevancia a los dioses y se lo concedieron a la razón humana, todo empezó a cambiar. Esta fue la verdadera revolución del hombre.
Miremos
a nuestro alrededor un momento. Todo lo que vemos se debe gracias a la ciencia. Desde lo más básico como son la lámpara, el grifo, el ordenador, el móvil, los auriculares, los
medicamentos, etc.; hasta lo más complejo y sofisticado como es la economía que, por desgracia, dirige nuestros designios. Nuestro razonamiento crea
ciencia, mientras la ciencia crea tecnología y el buen pensar, un pensamiento
que no se deja engañar por las apariencias, que exige explicaciones, que es
curioso e insaciable.
La
ciencia es poder, control; y aunque los políticos no lo vean, también
proporciona mucho dinero al que apuesta por ella; no obstante, se necesita primero
preparar el terreno, pues no esperemos recoger la fruta sin antes haber plantado las
semillas.
Entonces
si sabemos el gran secreto para tener éxito y ser prácticamente imparables,
¿por qué España no apuesta por la ciencia? Sin duda, éste es uno de los grandes
misterios del universo. No se trata de la materia oscura o de la energía
oscura del cosmos; no, el misterio de los misterios es por qué España fusila lenta y
dolorosamente a la ciencia, por qué la gente con grandes proyectos no encuentra
su financiación en este país, por qué se cierran líneas de investigación que
llevaban años de duro trabajo, y un largo etcétera.
¿Por
qué está sucediendo esta denigrante situación? ¿Se trata de una conspiración contra la inteligencia
humana? Cristóbal Colón necesitó la financiación de su proyecto por parte de
los Reyes Católicos para descubrir el Nuevo Mundo, y sin duda supuso un antes y
un después en la historia de la humanidad. ¿Por qué no volvemos a realizar
tales empresas?
Sin
embargo, creo que puedo adivinar perfectamente la respuesta a todas estas
preguntas para descifrar el misterio de los misterios:
- España no apuesta por la ciencia porque prácticamente el país es analfabeto en ciencia. Solo hace falta ver los resultados de las encuestas sobre ciencia para darnos cuenta de la increíble incultura que hay en la sociedad española. ¿Cómo vas a apostar por la ciencia si no sabes lo que es la ciencia?
- España no apuesta por la ciencia porque la intelectualidad está mal vista. Si hay algo de lo que España se caracteriza muy bien, es por su increíble desprecio a la inteligencia. Observemos cómo el país desaprovecha el talento que tiene de una manera asombrosa. Esto solo es capaz de hacerlo España y con una nota de sobresaliente. Sin duda, vivimos en un paradigma de fuga de cerebros.
- España no apuesta por la ciencia porque el fútbol acapara la mayor parte de las preocupaciones del país. El fútbol, ese gran somnífero social, ha hecho más daño de lo que nos podamos nunca imaginar. Que conste que no critico al fútbol per se, sino a los fanatismos que cada vez se nos muestran como algo cotidiano y normal.
En resumen, en la cultura española el saber no es lo prioritario. Lo prioritario consiste en ser el listillo de turno y pisotear a los demás si hiciera falta, además de regocijarse de ello sin pavor alguno. El
que tenga decencia y critique esta actitud, es simplemente un pusilánime, uno
que no sabe vivir la vida, un iluso e idealista. Pena me da por los que lo piensan
porque la realidad es bien distinta…
¿Es ésta la famosa marca España de la que tanto se habla? Si de verdad es ésta, el país está firmando su propia sentencia de muerte, que no os quepa la menor duda.
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