jueves, 27 de marzo de 2014

Hemos vuelto a descubrir la inmensidad del universo


Estamos viviendo una época sin precedentes en la historia de la ciencia. Sin embargo, estamos tan sumergidos en esta revolución que a veces nos cuesta darnos cuenta de lo que ello verdaderamente conlleva, pues está yendo más allá de lo que podemos asimilar, va siempre un paso por delante.

Creo firmemente que si pusiéramos freno a nuestra frenética vida diaria para reflexionar sobre lo que la ciencia nos está revelando, muchas incongruencias diarias desaparecerían. Por ello, uno de los grandes propósitos de la divulgación científica es precisamente alcanzar ese objetivo: abogar por una mínima cultura científica para realmente comprender el mundo en el que vivimos y conseguir ese escepticismo tan sano que nos evitaría caer en burdos engaños.


Los increíbles descubrimientos de la cosmología moderna


Uno de esos campos que está teniendo un gran empuje en las últimas décadas es, sin duda, la cosmología. La cosmología estudia el universo en su conjunto; es decir, el origen, la evolución y el destino final del mismo. Es un campo que se incorporó a la ciencia el siglo pasado a raíz de los grandes descubrimientos de Albert Einstein. Su teoría de la relatividad nos proporcionó las herramientas necesarias para estudiar el universo cara a cara por primera vez.

Anteriormente, la cosmología siempre había estado dominada por especulaciones sin fundamento alguno. Cómo se originó el universo y cuál será su destino final eran preguntas imposibles de abarcar con hechos contrastables hasta hace poco. Afortunadamente, Einstein arrojó luz a estas intrincadas cuestiones que habían permanecido ocultas durante mucho tiempo.

Es impactante, al menos para mí, que estemos siendo capaces por primera vez en la historia de la humanidad de empezar a dar respuestas firmes a esas preguntas. Estas respuestas, a su vez, están siendo tan extraordinarias que han sido el motivo de la publicación de esta entrada.


Las huellas del Big Bang



Me acuerdo que la primera vez que observé esta imagen, no me podía creer lo que estaba viendo: es el mismísimo "eco" del Big Bang, la radiación resultante del nacimiento del universo y, por tanto, de nuestro origen. Recuerda que todo lo que vemos a nuestro alrededor, incluido nosotros, proviene de cada uno de esos puntitos de esa imagen: las estrellas, planetas, galaxias, etc., así como todos nosotros, provienen de ahí.

Fue un evento tan energético que incluso a día de hoy hay señales del nacimiento del universo. Esta radiación que generó el Big Bang se encuentra por todas partes; es decir, convivimos con ella a diario. De hecho, nuestros televisores la captan mínimamente cuando no se sintoniza ningún canal. Con la ayuda de sofisticados instrumentos, se ha conseguido obtener un mapa completo con gran detalle de esta radiación.

Esa imagen nos muestra cómo era el universo cuando era un bebé: todavía no se habían formado estrellas, ni planetas, ni galaxias, ni agujeros negros...; lo único que existía por aquel entonces eran nubes de gas que, con el tiempo, irían formando las estructuras que podemos reconocer actualmente gracias a la incansable acción de la gravedad.

Por si te lo preguntas, las diferencias de colores de la imagen nos indican pequeñísimas variaciones de temperatura. Asimismo, cabe destacar que esta radiación fue mucho más intensa de lo que ahora somos capaces de detectar. A lo largo de los miles de millones de años, la radiación del Big Bang ha ido debilitándose hasta ser prácticamente imperceptible. De esta manera, con el transcurso del tiempo, una de las mejores pruebas que tenemos hasta el momento del Big Bang desaparecerá para siempre.


Hay rastros de una brutal expansión del universo en la radiación del Big Bang



La semana pasada se produjo uno de esos descubrimientos que te dejan boquiabierto, el típico hito que será recordado con posterioridad. Gracias a un exhaustivo estudio de esa radiación, se ha comprobado que hay huellas de un evento increíblemente descomunal que tuvo lugar cuando el universo no tenía ni tan siquiera un segundo de vida.

Este acontecimiento, que se conoce como inflación, fue el causante del origen de nuestro universo. La inflación es, sencillamente, la tremenda expansión del universo (más rápido que la velocidad de la luz, lo que no viola las leyes de la naturaleza por si te lo estás planteando) que ocurrió casi de manera instantánea, y esto ha sido lo que han descubierto los científicos indirectamente al estudiar la radiación del Big Bang. En definitiva, este hallazgo consolida aún más la teoría del Big Bang y todo lo que ello supone...


Conclusiones finales


La teoría del Big Bang es una teoría muy alocada. De hecho, su nombre tiene un origen despectivo, pues fue Fred Hoyle quien bautizó fortuitamente esta teoría cuando se refirió a ella varias veces en una charla de manera burlesca con el nombre de "gran estallido" (Big Bang traducido al inglés). Aunque el término no era correcto (ni fue grande, ni hubo un estallido, sólo una expansión a gran velocidad), el nombre acabó cautivando a la comunidad científica y pasó a denominarse de esa forma.

Cuesta entender que todo lo que vemos, absolutamente todo, haya surgido a partir de la expansión vertiginosa de un punto extremadamente pequeño, caliente y denso. Pero, por muy anti-intuitiva que nos parezca, es la mejor teoría que jamás se haya podido formular. Hasta ahora, casi todos los datos encajan perfectamente con esta teoría.

La confirmación de cada uno de los aspectos de la teoría del Big Bang supone llegar a conclusiones increíbles. Tanto es así que el descubrimiento de la semana anterior dará mucho que hablar en numerosos ámbitos, aparte obviamente del ámbito científico, y traerá una época de esplendor a la cosmología al abrirse nuevas puertas de investigación.

Si tuviéramos que resumir en pocos puntos por qué ha sido tan importante este descubrimiento, éstos serían los siguientes:
  • Hay mayor evidencia científica de que el universo se creó por sí solo, por lo que no necesitamos a ningún creador para explicar cómo se originó todo y por qué estamos aquí.
  • Es probable que haya más universos aparte del nuestro, quizá un número infinito de ellos. Hemos vuelto a demostrar que no somos prácticamente nada en comparación con la inmensidad del universo. Hemos pasado de creernos ser el centro del universo hasta hace unos pocos siglos, a percatarnos de que podemos estar en uno de los múltiples universos que podrían existir.
  • Se abren nuevas puertas de investigación muy interesantes que permitirán aumentar nuestro conocimiento sobre el universo en los próximos años.
  • Es posible que estén ocurriendo Big Bangs continuamente. Mientras escribo estas líneas, nuevos universos podrían estar surgiendo.

La caja de Pandora queda así abierta, prepárense para lo que pueda venir a continuación...

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