jueves, 7 de agosto de 2014

¿Por qué la ciencia es clave para descubrir la verdad?

Grabado Flammarion que representa el descubrimiento de la astronomía moderna por el hombre.

¿Qué es la verdad? ¿De qué estás seguro en esta vida? Parece una pregunta absurda, pero en absoluto lo es. ¿Qué sabemos realmente nosotros del mundo que nos rodea? A lo largo de nuestras vidas las experiencias moldean nuestra personalidad y dan forma a nuestros pensamientos; es decir, nos predisponen a inclinarnos hacia una u otra posición, y asumimos que ésta es la mejor postura de las muchas que podríamos haber adoptado.

Para explicarlo mejor, recurriré a un ejemplo que creo que lo ilustra especialmente bien: la política. Cada político defiende una postura determinada en el parlamento y cree que esa es la mejor forma de gobernar un país. ¿Pero por qué está tan seguro de que su visión de la política es la mejor? ¿Por qué critica sistemáticamente otras posturas que no coinciden con la suya? A lo mejor el político rival entiende la sociedad de una manera más aproximada a la realidad que él.

De hecho, en los conflictos entre las distintas ideologías políticas ocurre un caso curioso. Da igual los razonamientos o los argumentos que utilices contra tu rival que éste nunca dará su brazo a torcer, y aunque esta faceta humana se encuentra por doquier, en cualquier campo que seleccionemos, se ve perfectamente bien en la política.

En resumen, adoptamos unos pensamientos rígidos y no somos capaces de ser flexibles, sobre todo cuando llegamos a la etapa adulta. Llegado a este punto, quisiera repetir de nuevo la pregunta del principio de esta entrada: ¿qué es la verdad y de qué estamos realmente seguros? Podríamos alcanzar conclusiones muy interesantes si cada uno de nosotros se planteara esta misma cuestión.

La salida más elegante a esta pregunta sería utilizar el método científico. La ciencia es el único campo del conocimiento capaz de destruir nuestro sesgo ideológico y examinar objetivamente, con datos, el mundo en el que vivimos. De esta manera, podemos aproximarnos con un estrecho margen de error a definir qué es la realidad; sin embargo, el error, por muy pequeño que sea, sigue estando presente.

"La ciencia se construye a partir de aproximaciones que gradualmente se acercan a la verdad", Isaac Asimov.

Cabe destacar que esta posición ideológica no es para nada ninguna novedad. En concreto, se le designa con el término de escepticismo científico, y su base fundamental es la duda; es decir, yo dudo hasta que no sea demostrado empíricamente. Gracias a este método hemos llegado hasta donde estamos en este preciso instante, a una revolución tecnológica sin precedentes en la historia de la humanidad.

"En la Ciencia la única verdad sagrada, es que no hay verdades sagradas", Carl Sagan.

Ahora bien, si la ciencia nos ha demostrado que nos proporciona las mejores herramientas posibles para examinar el mundo, ¿por qué muchas personas la ignoran y se atienen únicamente a creencias y a vagas suposiciones de la realidad? ¿Acaso no quieren escuchar la cruda verdad que nos ofrece la ciencia?

Notad que el tema que he tratado en este artículo podría aplicarse a infinidad de ejemplos de nuestra vida diaria. Es muy alentador el panorama que se abre ante nosotros con tan solo utilizar el método científico, de ahí la importancia de divulgar la ciencia.

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